17 junio 2008

DAÑOS COLATERALES

Desde hace 98 días, en Argentina ocurre algo denominado “Paro del Campo” que consiste en cortes de rutas, de casi todas las rutas, en diferentes puntos del país, por “los chacareros” al principio, y “los transportistas” ahora. El caso es que “los chacareros” reclaman que se eliminen las retenciones móviles a la soja que se exporta desde los puertos argentinos. Los “transportitas” paran porque quieren que el conflicto se soluciones para volver a trabajar. O sea…

Estos cortes de rutas están ocasionando desabastecimiento de todo. Y no solo faltan cosas, sino que también, se está tirando todo lo que se va pudriendo mientras los camiones están parados en los piquetes. Porque según la modalidad del corte, no pasa nada ni nadie, no importa la gravedad o la presteza de la carga.

Entre toda esa demora, quedaron camiones que transportaban Insulinas. La Insulina es la medicación fundamental para el tratamiento de personas con Diabetes, y necesita, hasta el momento de su utilización, estar conservada entre 2° y 8° C. La demora de estos camiones fue mucha. Y la cadena de frío se interrumpió. Esto ya es grave.

Pero, no lo es tanto, si se tiene en cuenta que, al llegar a su destino, fue distribuida como si nada hubiera pasado. Quienes la recibieron no fueron advertidos del problema. Así, estas personas, cuando empezaron a usarlas, notaron importantes hiperglucemias en sus controles. Hiperglucemias que, en un principio, no tenían mucha explicación. Con el paso de los días, se advirtió que la generadora no era la comida, sino la Insulina que a esas alturas ya era como agua.

Me enteré de esta situación a través un mensaje que llegó al Foro “d-org · Grupo de personas con diabetes”. Enseguida, como diabética que soy, no pude dejar de reflexionar al respecto. Y solo conseguí dudas:

¿En manos de quien está nuestra salud? ¿Cómo nadie se hace cargo de esta situación? Sabiendo que las rutas están interrumpidas, y que la necesidad de Insulina no puede esperar ¿por qué no se enviaron partidas por avión? ¿Por qué no se avisó de lo ocurrido?

No encontré ninguna respuesta posible a todas estas preguntas.


Solo sé una cosa:



Las vidas de las personas con diabetes


dependen de esos frasquitos.

4 comentarios:

Diego López dijo...

Le cuento algo, Srta Anais (siempre un gusto leerla), espero no le aflija: los argentinos, no nos queremos...

quizás, allí encuentre los porqués..

Anónimo dijo...

no me extraña para nada la poca consideracion del general de la sociedad, sabemos que con la salud no se juega, pero...
un abrazo bonita

Sandokan dijo...

Anais, como estas buenas noches, que gran verdad dice Diego Lopez, realmente los Argentinos no nos queremos, por lo que no podemos esperar que haya comprensión de uno u otro lado. Realmente es muy grave lo que escribiste y mas aun que no haya medios que divulguen la noticia, solamente estamos en la frivolidad de ver quien queda sentenciado en un programa de televisión, mientras tanto hay todavía Argentinos que la estan pasando mal, y encima algunos se toman el derecho de decidir quien pasa y otros el derecho de no llamar a sentarse en una mesa y resolver de una vez por todas los problemas de los Argentinos. Un abrazo enorme
Sandokan

Unknown dijo...

Anaïs, no hay respuesta. Lo que decís me enoja y me da ganas de salir a la calle con un hacha a lo Gimli hijo de Gloin y rebanar cabezas. La codicia parece sacar lo peor de los hombres, siempre.

Por otro lado pienso... eso sucede porque nadie sacude hachas.

Sin embargo, me pongo a temblar cuando pienso qué pasaría si el hacha cayera en malas manos. Estaríamos peor que antes.

¿"Los argentinos no nos queremos"? Te quedaste corto, Diego Lopez. Los argentinos somos unas mierdas. En especial en lo que refiere a las protestas. No vi a nadie cortar las rutas porque no hay calefacción en las escuelas. No vi a nadie cortar la ruta para que se pague a los jubilados. No vi ninguna marcha para terminar con el trabajo en negro, o para igualar las oportunidades de acceso a una vivienda digna a todos los argentinos.

Y sé por qué: porque hay un Leviatán en nuestros bolsillos (el cocodrilo se queda corto), y nadie quiere dejar ni 100 pesos de su ganancia para dárselo a otra persona. Corrijo: muy poca gente quiere hacerlo y lo hace. La mayoría de la gente que paga impuestos siempre se queja por tener que hacerlo. Y razona que ya que la ley y la constitución dice que somos todos iguales, entonces es cierto, y que el que no tiene una casa es porque es "un negro de mierda" (quién no escuchó eso de boca de más de un micky vainilla) a quien "no le gusta laburar".

Mejor no digo más, ya estoy buscando el hacha para cortar las cabezas y siento que peligrosamente me crece la barba. No soy ni Gimli, ni Aragorn, ni Eowyn, ni Batman el Caballero Oscuro. Mejor me recato.