Hoy, 3 de noviembre de 2007, estoy cumpliendo treinta y siete años con diez meses.
Quien lea este texto se preguntará el por qué de esta mención, el por qué de este festejo tan extraño. En realidad, no es un festejo. Es algo así como un informe de estado de la cuestión.
Quien lea este texto se preguntará el por qué de esta mención, el por qué de este festejo tan extraño. En realidad, no es un festejo. Es algo así como un informe de estado de la cuestión.
Durante muchos años, no me pasó nada. Eso, ya es grave.
En estos diez meses del año treinta y siete, ocurrieron unas cuantas cosas. Terminé mi carrera universitaria. Me quedé sin trabajo. Confirmé que nunca tendría “mi casa” y que el dinero destinado a ella sería mi sustento. La Fotografía, que en algún momento fue mi razón de vivir (no salía a la calle sin mi cámara) ya casi era un pasatiempo sin mucha vida útil.
Y en este último mes, especialmente en estas últimas tres semanas, pasó de todo. Como en un torbellino. Como en un huracán. Muchos sueños se esfumaron, se disolvieron en el aire. Se los llevó el remolino.
En febrero, un mail y una ventanita de MSN despertaron en mí cosas que creía, erróneamente, olvidadas. Volví a muchas cosas que ya no hacía. Por sobre todo, volví a ser feliz. Logré que pequeñas cosas cotidianas tuvieran vuelo y sentido. Pero, “típico de mí que vivo en pena, la tenía que arruinar”. En realidad, no se si la arruiné. Lo único que sé es que de esos ratos felices, solo me quedan recuerdos. Huellas. Y mucha, mucha incertidumbre.
Desde hace bastante tiempo, mucho antes de febrero, mi “noviazgo” de casi diez años, empezó a zozobrar. Terminó transformado en comodidad y costumbre de fines de semana. No tenía presente, mucho menos futuro. Solo un pasado, con buenos momentos, y de los otros, claro. Y, el viernes pasado, fue.
En febrero, un mail y una ventanita de MSN despertaron en mí cosas que creía, erróneamente, olvidadas. Volví a muchas cosas que ya no hacía. Por sobre todo, volví a ser feliz. Logré que pequeñas cosas cotidianas tuvieran vuelo y sentido. Pero, “típico de mí que vivo en pena, la tenía que arruinar”. En realidad, no se si la arruiné. Lo único que sé es que de esos ratos felices, solo me quedan recuerdos. Huellas. Y mucha, mucha incertidumbre.
Desde hace bastante tiempo, mucho antes de febrero, mi “noviazgo” de casi diez años, empezó a zozobrar. Terminó transformado en comodidad y costumbre de fines de semana. No tenía presente, mucho menos futuro. Solo un pasado, con buenos momentos, y de los otros, claro. Y, el viernes pasado, fue.
Madrugada entre el viernes y el sábado, que inicia mi primer fin de semana sin planes explícitos. Sin rutina. Sin compañía. Sin ganas de hacer planes. Solo ganas de llorar. En medio del remolino, soñé este momento muy diferente. Pero, no fue.
Hoy, 3 de noviembre de 2007, estoy cumpliendo treinta y siete años con diez meses.
Hoy, 3 de noviembre de 2007, estoy cumpliendo treinta y siete años con diez meses.
Sin novedades…











3 comentarios:
Feliz cumple!!!!!!
si todo se termina ,
todo vuelve a empezar.
La mañana que se viene
es una vieja sensación
que refleja en los espejos del tiempo.
Y la niña acurrucada en el rincón
es la chica contra la furia de Dios.
Tus regalos deberían de llegar
no es mucho lo que tengo para darte, mirá.
Y no sabés si detenerte o llover
y parada sobre el mundo a tus pies
tu sonrisa que nos hace temblar
tiembla el mundo
que no entiende al final
ese beso de la vida, la sutil melancolía
el momento cuando piras
los espacios donde miras
y las gotas de tu lluvia se irán
y tus regalos deberían de llegar
y las gotas de tu lluvia se irán.
Sos joven, lo mejor está por venir, a la vuelta de la esquina !!!
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