
Esta fotografía la descubrí hace un tiempo, entre medio de muchas otras excelentes fotografías. Y, no pude explicarme por qué, pero me impactó. Enseguida, la copié y la guardé. Después, a propósito del Día del Fotógrafo, la publiqué en El OJo Blindado, entre toda una tanda de fotografías de colegas que son significativos para mí.
Hoy, vuelvo a publicarla en este otro espacio. Porque creo haber descubierto el por qué de esa interpelación tan fuerte que sufrí ante ella.
Nada es casualidad. Esta imagen no es más que una imagen de huellas. La huella de un pie en la arena, la huella del sol en un pie. Y, justamente, una huella es lo que su autor es para mí en este momento. Una huella profunda, como la del pie en la arena y como la del sol en el pie.
A la larga, las huellas en la arena, desaparecen. Las huellas que el sol deja sobre la piel, también. Por suerte, todo pasa. Todo pasa. Ojalá, todo pase...
Hoy, vuelvo a publicarla en este otro espacio. Porque creo haber descubierto el por qué de esa interpelación tan fuerte que sufrí ante ella.
Nada es casualidad. Esta imagen no es más que una imagen de huellas. La huella de un pie en la arena, la huella del sol en un pie. Y, justamente, una huella es lo que su autor es para mí en este momento. Una huella profunda, como la del pie en la arena y como la del sol en el pie.
A la larga, las huellas en la arena, desaparecen. Las huellas que el sol deja sobre la piel, también. Por suerte, todo pasa. Todo pasa. Ojalá, todo pase...











3 comentarios:
Hey amiga: vengo de releer tu último comentario en mi blog, el del poema de Carver. A lo mejor debería haber subido algo menos melancólico, pero ya sabés cómo son estas cosas.Si no fuera una estupidez, te diría que uno debe convivir con sus miedos. Pero no lo voy a hacer, dado que no doy consejos cursis en los que no siempre creo. De cualquier forma, sin conocerte personalmente, no me parece que seas una pesimista. Finalmente, no creo que sean muchas las cosas que merecen una lágrima. Pero claro, esto es tan personal.Besos.
La vida nos va llevando por caminos, y a veces quedan huellas, algunas duran más otras menos. El tema es disfrutar el tiempo real.
hasta no ser ni el macho ni la hembra,
sino los dos en uno y en ninguno.
Con el primer encuentro se puede hablar de Amor:
con el segundo nace la Erótica infinita.
Leopoldo Marechal
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