EL FOLLETIN DE LOS MIERKOLES III

REDADA VII

"Operación policial consistente en apresar de una vez a un conjunto de personas. "La Policía hizo una redada para limpiar el barrio de maleantes."
R.A.E.

¿Te gusta así, morocha? El vértigo fue creciendo, creciendo, creciendo. Y empezaron a sentir algo así como un estremecimiento diferente. Y el tiempo pareció detenerse en ese instante. El tiempo pasaba, pero no pasaba. Todo se detenía, pero sin detenerse.
Y, así, como de repente, pero en un de repente esperado y sabido, cuando el tiempo ya parecía solo un instante, sintieron algo así como el estremecimiento de la muerte, pero de una muerte placentera, de una muerte deseada, no esa muerte común que habitaba en la dependencia.
Y, entonces, sí, todo se detuvo.

El se quedó así, apoyado sobre la espalda de ella, las piernas enredadas, las cabezas pegadas una con la otra, tratando de volver a respirar. Se corrió un poco, acostándose al lado de ella. Y se miraron. Y se descubrieron. Y se dieron cuenta de qué había sido eso que los atrajo, eso que hizo que cambiaran actitudes que, en otras ocasiones, hubieran sido innegociables.

Como pudo, él se levantó y susurró un “gracias”. Fue en ese momento cuando ella descubrió la mugre del colchón, ese olor a meo insoportable, que la camisa sobre la que estaba acostada era la de un uniforme. Se enderezó y se paró casi en un solo movimiento, y comenzó a vestirse. El la miraba fascinado.

- ¿Qué mirás, puto? - le preguntó - ¿te debo?

Todo había vuelto a la normalidad.
Mientras cerraba la reja, volvió a sentir el patchoulí impregnado, ahora, hasta en su ropa. Le iba a resultar muy difícil sacarse ese perfume de encima.

FIN
anais i.
okt, 08.-

Güena salú y malos istintos.
Y q esta noche la pasen bonito, haciendo lo que tengan ganas de hacer y con quien tengan ganas de hacerlo.
a!