REDADA III
¿Cuál sería su nombre? Ya en la seccional no lograron sacarle una palabra. Solo miraba fijo a quien le hablaba, pero no respondía. Ni siquiera lograron sacarle su identidad. Los otros detenidos tocaron el pianito, contestaron algunas preguntas y, como no encontraron nada en ellos, tuvieron que soltarlos. Mientras se iban, él le dijo:
- Vas a tener quedarte, a menos que te vuelvan las ganas de hablar. Vamos, que la noche es larga – Sus planes estaban cumpliéndose a la perfección.
Ella siguió mirándolo fijo y, de repente, cuando la mirada de él se cruzó con la suya, en esa mirada vio algo más que la de un rati puto que se le acercaba para llevarla a algún rincón mugriento de la seccional.
¿Cuál sería su nombre? Ya en la seccional no lograron sacarle una palabra. Solo miraba fijo a quien le hablaba, pero no respondía. Ni siquiera lograron sacarle su identidad. Los otros detenidos tocaron el pianito, contestaron algunas preguntas y, como no encontraron nada en ellos, tuvieron que soltarlos. Mientras se iban, él le dijo:
- Vas a tener quedarte, a menos que te vuelvan las ganas de hablar. Vamos, que la noche es larga – Sus planes estaban cumpliéndose a la perfección.
Ella siguió mirándolo fijo y, de repente, cuando la mirada de él se cruzó con la suya, en esa mirada vio algo más que la de un rati puto que se le acercaba para llevarla a algún rincón mugriento de la seccional.
Güena salú y malos istintos.
a!











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