24 agosto 2008

Georgie, El Cautivo...

El 24 de agosto de 1899, a los ocho meses de gestación, nació en Buenos Aires Jorge Luis Borges en casa de Isidoro Acevedo, su abuelo paterno. A mi vida llegó a través de un cuento breve, en copia mimeografíada, de la mano de mi Maestra de 5° grado de la Escuela Primaria. Ese cuento, EL CAUTIVO, me dejó una sensación muy fea: no podía entender como un escritor de la fama de Borges se limitara a un "la crónica se ha perdido y no quiero inventar lo que no se". Unos años más tarde, en 2°año de la Secundaria, la Profesora de Lengua y Literatura, con mucho esfuerzo, logró que mi idea sobre Borges cambiara, y llegara a amarlo al punto de leer casi todos sus cuentos.
Les dejo las dos obras en cuestión. El cuento que leí en 5° grado y el poema de 2° año. Ojalá les gusten tanto como a mí (porque ahora, EL CAUTIVO me parece un cuento maravilloso)
Güena salú y malos istintos.
P.
La fotografía fue tomada por una grande, Grete Stern, en 1951.
El cautivo.
En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón; se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de los años, un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes que bien podía ser su hijo. Dieron al final con él (la crónica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal pero se dejó conducir indiferente y dócil, hasta la casa. Ahí se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó, atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se metió en la cocina. Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron porque habían encontrado al hijo. Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día fue a buscar su desierto. Yo querría saber qué sintió en aquel instante de vértigo en que el pasado y el presente se confundieron; yo querría saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa.
On his blindness
Al cabo de los años me rodea
un terca neblina nubilosa
que reduce las cosas a una cosa
sin forma ni color. Casi una idea.
La vasta noche elemental y el día
lleno de gente son esa neblina
de luz dudosa y fiel que no declina
y que acecha en el alba. Yo querría
ver una cara alguna vez. Ignoro
la inexplorada enciclopedia, el goce
de libros que mi mano reconoce,
las altas aves y las lunas de oro.
A los otros les queda el universo;
a mi penumbra, el hábito del verso.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

borges, me gusta mas su vida, que lo escribio, me gusta de el en particuklar una entrevista.

DrLeKter:::... dijo...

Increíble, llegué a él hace unos años. Pude ver que cualquiera de nosotros podemos ser Pierre Menàrd y escribir el Quijote.

Besos!

Diego López dijo...

1964 ... ah! un poema, que se me retuerce en el pecho, cada vez que lo leo. no sé, no sé.

"el olvido no existe"... para qué lo habrá dicho!

me gusta su mundo y su sensibilidad, srta :)

Jack Celliers dijo...

Quizás una de las cosas que más divertiría a Borges si leyera este post es lo extraño de que una reseña consigne como primer dato de su persona los ocho meses que requirieron su gestación.

Tómese por favor el comentario desde el lado de la curiosidad, un poco menos filoso que el de la ironía que viene inevitablemente adosado, pero no era la intención.

Mirache dijo...

Tu blog es fantastico y se nota que amas las letras.

muy bueno.

Te invito a que conozca las historias de Laura y el chebo Ludo, una pasionante historia de amor. No te la podés perder.

ahi te espero
chebo

humberto acciarressi dijo...

Mi querida Anais: estoy en deuda. Lo digo públicamente. No con mis visitas a tus blogs, ya que siempre ando por éste y los otros sitios, sino con ese impulso del alma de dejar algún comentario en un lugar amigo. Recién ahora estoy saliendo, y a duras penas, de situaciones más escabrosas de lo que hubiera querido. Por lo pronto, dejo este comentario como prueba de vida. Y quedamos en línea privada para más comentarios. Vasos y besos de Humber.

Jesus Dominguez dijo...

Tremendo poem. Me encantó

Un saludo

Jesús Domínguez

ChaPa ((( 22 ))) dijo...

Excelenteeeeeeeeeeeeeee!!!


Pasate Ana, hace mil que no pasas... Bah, yo también hacía mil que no pasaba!



ChaPa ((( 22 )))

Anónimo dijo...

sabés que mi relación con la escritura de Borges fue violenta en un inicio? rompí contra la pared un libro de él cuando llegué al relato Tlön; Ukbar; Orbis Tertius ¡viejo hijodeputa! dije, pensando que me enrostraba su enorme erudicción. Sin embargo, no fue así, terminé, como vos, valorando la prosa y comprendiendo todo lo lúdico que había en esa pantomima de erudicción escrita.
Pero sigo pensando que hay toda una vertiente en el Borges oral, el de las entrevistas, que nadie ha explotado a fondo. es genial.
saludos
no nos une el espanto, nos une Jorge Luis

edgardo pareta dijo...

hola Anais, te invito al debut de "literjazz" que es un espectáculo de poesía y jazz, el viernes 19/9 en boedo 878, si te copa nos podes sacar fotos. besos y perdona por este "atrevimiento"