19 octubre 2007

Sonata para piano N° 32 Op.111, de Ludwig van.

Hola, Cyberlectores!
Esta entrada, fraccionada en tres partes, es mucho más que un gusto personal.
Para los muy puristas, podrá parecerles un pecado mortal. ¿A quien se le ocurre poner una Sonata de Beethoven cortada de manera arbitraria, y por dos pianistas diferentes?
Sepan disculpar, es lo que encontré.
Ni Richter ni Arrau, los pianistas en cuestión, ejecutan mi versión favorita.
Mi corazón está con Daniel Barenboim. Pero, ésto es solo cuentión de gustos.
Los dos que están aquí debajo son excelentes.
¿Y por qué la Op.111? Porque es una música que llevó al sistema tonal al límite. Porque hizo de los adornos, motivos, temas. Porque detuvo el tiempo musical, hizo que nada ocurriera, mietras ocurría de todo.
Y, porque cuando necesito pensar, Ludwig van es el indicado. Y esta obra límite, es más que la indicada.
Ojalá puedan disfrutarla.

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